SALIR CON LA MISA A CUESTAS

RECORDANDO UN FLASH MARIANO

¿PELIGRA EL CULTO A LA VIRGENCITA?

LITURGIA DEL DÍA

Lecturas diarias

miércoles, 29 de octubre de 2014

FLASH LITÚRGICO: ES URGENTE…URGENTE... ¡APRENDER LITURGIA!

ES URGENTE…URGENTE... ¡APRENDER LITURGIA!
Como cristianos católicos hemos de reconocer que  en las últimas décadas se han realizado enormes avances en el ámbito de la Liturgia. Pero, también reconocemos que aún queda mucho por hacer. Entre las tareas pendientes queda una fundamental: la alfabetización litúrgica, (léase, una catequesis básica de lo elemental litúrgico). Porque, no nos digamos mentiras… muchas veces damos por supuestos  unos niveles de iniciación cristiana y conocimiento de los gestos y símbolos litúrgicos en el pueblo cristiano que nunca han recibido.
Constatamos en nuestros días una incultura galopante en las jóvenes generaciones acerca del tema religioso. Es como un impresionante "agujero de ozono" en las familias cristianas y hasta en institutos de enseñanza dirigidas por religiosos (as).  
Alguien decía, con humor agridulce, que los mucharejos de hoy aprenden a hacer la señal de la cruz no en el regazo materno sino en la pequeña pantalla, viendo a los futbolistas cómo se santiguan al salir al terreno de juego o al lanzar un penalti.
Este problema de ignorancia básica lo palpamos singularmente en el ámbito litúrgico, y afecta lo mismo a las generaciones jóvenes como a las adultas. La experiencia pastoral que realizo ahora en un destacado colegio me indica que realidades básicas en el ámbito litúrgico (como el orden general de la misa, de la liturgia de la palabra y la significación de cada uno de los elementos, la estructura de la plegaria eucarística, el sentido del padre nuestro y hasta la señal trinitaria al comienzo y fin de la celebración) son terrenos vírgenes; son datos que con demasiada frecuencia quedan fuera de la comprensión de los fieles sencillos, e incluso... de muchos catequistas. Todo ello está clamando por una urgente, urgentísima alfabetización litúrgica.

Muchos santos de la Iglesia dedicaban buena parte de su predicación ordinaria a esto que llamamos elemental litúrgico, a explicar el sentido de la respuesta "Amén", o de la aclamación "aleluya"; o el significado de orar de pie en Pascua, o de cantar juntos en la liturgia... Era en otrora una verdadera educación de la fe por la liturgia. 

domingo, 13 de octubre de 2013

FLASH LITURGICO: ¿Quién pronuncia la doxología?

FLASH LITURGICO:
¿Quién pronuncia la doxología?

Afortunadamente, parece que de unos años para acá, se ha asumido que los concelebran­tes deben recitar en voz baja los textos de la plegaria eucarística que dicen simultáneamente, «para que se pueda oír clara­mente la voz del celebrante prin­cipal» (IGMR 218).

Ahora bien, en cuanto el presi­dente de la celebración empieza el Per ipsum, en muchas ocasio­nes parece que a todos los con­celebrantes les hayan dado a la tecla del volumen, y recitan o cantan la doxología como si les fuera en ello la vida.

¿Es así como hay que proceder? Pues, francamente, no. La Institutio del Misal, en el número 236 lo dice clarito, clarito: «La doxología final de la plegaria eucarística la pronuncia solamente el sacerdote principal y, si parece bien, jun­tamente con los demás concele­brantes, pero no los fieles».

O sea que el documento privi­legia que este texto tan solemne sea pronunciado sólo por el que preside; y simplemente concede que lo pronuncien los demás concelebrantes, si parece bien; es decir, como haciendo una con­cesión circunstancial, y siempre recordando lo que prescribe el número que citábamos primero: «Los textos que dicen simultá­neamente todos los concelebran­tes... los recitan... en voz baja». De esta forma se destaca mucho mejor, en significación mistérica, que uno solo es el que preside nuestra liturgia, el Cristo Señor.

Si queremos, pues, que nuestra liturgia sea expresiva, y que la participación activa sea a la vez consciente, a veces habrá que pro­nunciar en voz alta y bien clara, y otras -como es el caso- será mejor callar y subrayar con nuestro silencio la palabra pronunciada con plenitud de sentido.

A discernir cuándo conviene una cosa o la otra nos ayuda, no poco, los libros litúrgicos. ¡Que para eso están!.


                                                          Espera el próximo… ¡es una nota!


FLASH LITURGICO ¿Dejar al sacerdote con la palabra en la boca?



Este fotógrafo de la realidad quien gusta de elaborar estos flash, ha observado, no pocas veces, que el ministro que sostiene el libro ante el sacerdote durante la acción litúrgica se retira sin esperar que éste acabe la oración, es decir, justo cuando empieza la conclusión Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo..., cosa que significa, ni más ni menos, que el acólito en cuestión se retira, dejando al sacerdote con la pala­bra en la boca.

A veces, la misma actitud del sacerdote alienta esta decisión, ya que al empezar la citada conclusión, como ya la sabe de memoria, aparta los ojos del libro (¡craso error!), lo cual es inter­pretado por el ministro como una invitación a marcharse con la música (léase misal o ritual) a otra parte.

¿Es correcta esta forma de pro­ceder? No. El ministro del libro no debe nunca retirarse antes de que el sacerdote haya acabado totalmente; es decir, se marchará a su lugar después que el obispo o el presbítero hayan pronunciado toda la oración (que incluye su conclusión). Sólo entonces, al escuchar el amén de la asamblea, podrá retirarse.

No es elegante ni educado dejar a alguien con la palabra en la boca, y mucho menos si este "alguien" es quien preside in persona Christi capitis la sagrada liturgia. ¡Vamos, digo yo! Pues esta normatividad no aparece en ningún reglamentario… pero a veces el sentido común de seminaristas interesados en la liturgia aparece como regla.

Ah… estoy cumpliendo en que estos “flash” sean más cortos.

                                                  No te pierdas el flash # 10… ¡Es una nota!


martes, 27 de agosto de 2013

FLASH LITÚRGICO: ¡CUIDADO CON LOS FALSOS SACERDOTES!

¡CUIDADO CON… los falsos sacerdotes!.
En el segundo aniversario de nuestro blog, queremos alertar a nuestros carísimos lectores sobre algunos “lobos con piel de oveja”, algunos ex-seminaristas fracasados y obsesionados con el ministerio que se hacen pasar por sacerdotes consagrados; otros simplemente ex-sacristanes o personas maliciosas que vieron la oportunidad de obtener dinero fácil a costa de la buena fe del pueblo de Dios.
Sí… este flash litúrgico lo queremos dedicar  a la adquisición de "algunas claves" que nos harán posible identificar a esos tales. Lo primero que debemos tener en cuenta es que, como todos los estafadores, la mayoría de los falsos sacerdotes suelen ser simpáticos, convincentes y hábiles; aparentan ser buenas personas con la finalidad de cumplir su cometido.  Generalmente ofrecen sus servicios mediante referencias o tarjetas de presentación que ellos mismos distribuyen en gran cantidad, manifestando constante disponibilidad y ofreciendo todas las facilidades posibles.
Estos tales, suelen aparecer en momentos difíciles de la vida; por ejemplo, cuando los fieles se encuentran afectados por la pérdida de un ser querido o a quienes les fue negado un servicio religioso en la parroquia, por existir alguna irregularidad o por no querer cumplir con los requisitos que se les piden para la celebración de un sacramento, o a quienes quieren hacerlo fuera de los lineamientos establecidos por la Iglesia, como realizar un casamiento en la playa, en la finca familiar o en un salón de fiestas del club de moda.
Los falsos sacerdotes también acostumbran visitar algunas casas o empresas, donde solicitan donativos para alguna casa-hogar, orfanato o asilo inexistentes. En algunos casos,tan atrevidos ellos, también llegan a ofrecer sus servicios a los propios sacerdotes para ayudarlos en su fiesta parroquial o en Semana Santa.
Los falsos sacerdotes encuentran una mina de oro en aquellas personas que desean casarse por segunda, tercera o cuarta vez, sin haber recibido la declaración de nulidad de sacramento de su primer matrimonio, o que buscan tener la celebración de algún sacramento sin necesidad de “las vueltas en la parroquia”. En estos casos, sus servicios llegan a estar acompañado de un “paquete completo de fiesta” que incluye: celebración del sacramento, carpas, flores, sillas e incluso el banquete. 
Lo triste del asunto es que algunas de las personas que lo solicitan están conscientes de que el sacramento que van a recibir también es falso, pero otras no lo saben y suelen llevarse una gran sorpresa cuando se percatan de que el acta de Matrimonio o de Bautismo no tiene validez ante la Iglesia Católica.
Así pues que a ponerse muy vivos con estos personajes. No dejemos las cosas sagradas en manos malvadas y con intensiones viles. Oremos por nuestros sacerdotes consagrados, por la vocación verdadera de nuestros seminaristas y cuidemos nosotros mismos el rebaño de Dios de esos falsos curas.

                                                                   No te pierdas el próximo flash… ¡Es una nota!. 

martes, 6 de agosto de 2013

La Liturgia - DE LO VISIBLE A LO INVISIBLE


INTERESANTE VIDEO...LE CONVIENE VERLO





FLASH LITÚRGICO: “SALIR CON LA MISA A CUESTAS”

FLASH LITÚRGICO:
“SALIR CON LA MISA A CUESTAS”

El convertido al catolicismo y llamado “padre de la paradoja”, Keith Chesterton, en una de sus muchas ocurrencias, dijo que “al entrar en la iglesia hay que quitarse el sombrero, pero no la cabeza”. Y es que cuando acudimos a la Eucaristía entramos con toda nuestra persona, con la situación concreta de esta semana, con sus preocupaciones y alegrías.
·         En el acto penitencial tomamos conciencia de nuestras faltas (es como pedir permiso para entrar en misa).
·         La Palabra ilumina nuestra historia de ahora mismo.
·         La homilía nos ayuda a conectar lo que Dios dice con nuestras actitudes vitales.
·         La oración universal recuerda aspectos no demasiado gloriosos de esta historia, pidiendo a Dios su ayuda.
·         En el ofertorio, en el pan y el vino que presentamos, vemos simbolizada toda nuestra vida.
*     Y sobre todo, en la Eucaristía es nuestra vida concreta la que aportamos al sacrificio eucarístico de Cristo. 
Él se entregó hace dos mil años, de una vez para siempre. Ahora nosotros nos unimos a su entrega, nos introducimos en su movimiento pascual con nuestra existencia, con los éxitos y fracasos de la semana. En algún sentido "oramos la vida" y "celebramos desde la vida", porque dejamos que Dios la impregne y la llene de sentido.
Entramos a misa con la vida a cuestas, pero luego deberíamos volver a la vida con la misa a cuestas, así nos lo recordará en P. José Aldazábal, de feliz recuerdo en el Instituto de Barcelona.



                                                                                            No te pierdas el próximo flash… ¡es una nota!

jueves, 18 de julio de 2013

FLASH LITÚRGICO: AVISO CLASIFICADO: ¡ CAMBIO MISAL POR TABLETA ELECTRÓNICA !

FLASH LITÚRGICO:
CAMBIO MISAL POR UN PAD, TABLETA, MONITOR U OTROS DISPOSITIVOS

Espero no ver este aviso clasificado en uno de los periódicos o revistas que caen bajo mis ojos; sería hasta de mal gusto. En el ámbito de la correcta celebración litúrgica, los obispos de Nueva Zelanda advirtieron al clero que el Misal no puede ser reemplazado por tabletas, Ipad, teléfonos u otros dispositivos. A raíz de este hecho, varios obispos y sacerdotes expertos en liturgia y comunicaciones profundizaron en las razones que impulsaron la decisión y los criterios que la Iglesia considera a la hora de evaluar el uso de los elementos tecnológicos en la liturgia.
"Todos los credos tienen libros sagrados que son reservados para aquellos rituales y actividades que están en el corazón de la fe", habían señalado los prelados de Nueva Zelanda, quienes advirtieron que esta realidad es palpable también dentro de la Iglesia Católica: "el Misal Romano es uno de nuestros libros sagrados. Su forma física es un indicador de su papel especial en el culto".
"No parece del todo digno de Cristo que un sacerdote termine de celebrar la misa con una tableta para luego pasar inmediatamente a revisar su correo o leer el periódico con el mismo instrumento", señaló el Padre Edward McNamara, profesor ordinario de teología sacramental y liturgia en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. "El misal no es sólo un libro-instrumento sino un símbolo litúrgico que recibe una bendición especial que lo reserva para el uso del altar", explicó en entrevista al portal Evangelidigitalización.

Por su parte el padre Antonio Spadaro, miembro del Pontificio Consejo de las Comunicaciones y conocido popularmente como el “ciberteólogo” del Vaticano, explicó por qué los distintos dispositivos móviles como Ipad, Smartphones y tablets no pueden reemplazar el Misal Romano ni los tradicionales libros en la liturgia católica. Explica cómo cambia el concepto del libro sagrado en los tiempos del iPad, y considera que gracias a las aplicaciones que permiten rezar la oración del Breviario, o el Misal, como el iBreviary, se puede difundir el uso de los libros litúrgicos en el mundo digital.  Sin embargo, recordó que “la página del Evangelio, permanece como parte integrante de la acción ritual de la comunidad cristiana”. 
Explicó, además,  que “es inimaginable que se lleve en procesión un iPad o una computadora portátil, o que en una liturgia un monitor sea solemnemente incensado y besado”, y por tanto, “la liturgia, es el bastión de resistencia de la relación texto-página contra la volatilización del texto desencarnado de una página de tinta; el contexto en el cual, la página permanece como el ‘cuerpo’ de un texto”.
Para el uso sagrado es importante la relación entre el texto y la página, de forma que el mensaje se convierte en objeto, como lo fueron las tablas de la ley para el pueblo judío. "La liturgia, entonces, es un baluarte de resistencia", afirmó el sacerdote, con respecto a un proceso que "desencarna" el texto y lo deja desprovisto del "cuerpo" necesario para ser usado el culto sagrado.
Incluso sacerdotes favorables a la introducción de estas tecnologías expresaron preocupaciones sobre los nuevos problemas que generan, entre ellos el hecho de que dichos objetos ostentan marcas comerciales y su uso público en la liturgia introduciría una especie de "patrocinio" comercial que es claramente inadecuado en el culto divino.

Otra voz que se agrega es la de monseñor Joel Baylon, obispo de Legazpi, Filipinas quien expresó: "El Ipad (y otras tecnologías) no es apropiado para la santidad del altar", cuando un grupo de jóvenes le preguntó sobre el uso litúrgico de esta tecnología. "Puede ser secular y mundano, haciéndolo inadecuado para reemplazar el Misal u otros libros que se reservan para la liturgia, libros que son hechos sólo para el altar".

Sin embargo el prelado, que participó en el primer Encuentro de Medios Sociales Católicos de Filipinas, aconsejó a los obispos y sacerdotes tener presencia en internet y difundir a través de los nuevos medios de comunicación los textos de sus homilías y mensajes y encomendó a los jóvenes la tarea de la evangelización a través de las redes sociales.


                        NO TE PIERDAS EL PRÓXIMO FLASH… ¡ES UNA NOTA!

jueves, 20 de junio de 2013

SAN JOSÉ... JUSTICIA A UN NOMBRE Y A UN HOMBRE.

Nombre de  "San José" en Plegarias Eucarísticas II, III y IV y en Misal Romano.

Para quien escribe en este blog, esta noticia es de gran novedad ya que dediqué mi tesina de grado en la licenciatura al SAN JOSÉ. Me he alegrado mucho con esta NOVEDAD en la liturgia y ahora la quiero compartir con mis apreciadísimos lectores. Que me acompañen pues a disfrutar esta grata noticia. 

En virtud de las facultades concedidas por el sumo Pontífice Francisco, con un Decreto, fechado el 1 de mayo de 2013, memoria de San José Obrero, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, decreta que el «nombre de San José, Esposo de la Bienaventurada Virgen María, se añada de ahora en adelante en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Bienaventurada Virgen María».

San José - cabeza de la Familia del Señor – su cuidado paterno a Jesús y a la Madre de Dios; hombre Justo, Patrono celestial de toda la Iglesia... son algunas de las virtudes que destaca este Decreto, haciendo hincapié en la devoción que en todo el mundo se le dedica, confirmada por el Santo Padre Francisco, «considerando la plenitud de la comunión de los santos que, habiendo peregrinado un tiempo a nuestro lado, en el mundo, nos conducen a Cristo y nos unen a Él».
El Decreto reza así:
En el paterno cuidado de Jesús, que San José de Nazaret desempeñó, colocado como cabeza de la Familia del Señor, respondió generosamente a la gracia, cumpliendo la misión recibida en la economía de la salvación y, uniéndose plenamente a los comienzos de los misterios de la salvación humana, se ha convertido en modelo ejemplar de la entrega humilde llevada a la perfección en la vida cristiana, y testimonio de las virtudes corrientes, sencillas y humanas, necesarias para que los hombres sean honestos y verdaderos seguidores de Cristo. Este hombre Justo, que ha cuidado amorosamente de la Madre de Dios y se ha dedicado con alegría a la educación de Jesucristo, se ha convertido en el custodio del tesoro más precioso de Dios Padre, y ha sido constantemente venerado por el pueblo de Dios, a lo largo de los siglos, como protector del cuerpo místico, que es la Iglesia. En la Iglesia católica, los fieles han manifestado siempre una devoción ininterrumpida hacia San José y han honrado de manera constante y solemne la memoria del castísimo Esposo de la Madre de Dios, Patrono celestial de toda la Iglesia, hasta tal punto que el ya Beato Juan XXIII, durante el Sagrado Concilio Ecuménico Vaticano II, decretó que se añadiera su nombre en el antiquísimo Canon Romano. El Sumo Pontífice Benedicto XVI ha querido acoger y aprobar benévolamente los piadosos deseos que han llegado desde muchos lugares y que ahora, el Sumo Pontífice Francisco ha confirmado, considerando la plenitud de la comunión de los santos que, habiendo peregrinado un tiempo a nuestro lado, en el mundo, nos conducen a Cristo y nos unen a Él.
Por lo tanto, teniendo en cuenta todo esto, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en virtud de las facultades concedidas por el Sumo Pontífice Francisco, gustosamente decreta que el nombre de San José, Esposo de la Bienaventurada Virgen María, se añada de ahora en adelante en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Bienaventurada Virgen María, como sigue:- en la Plegaria eucarística II: «ut cum beáta Dei Genetríce Vírgine María, beáto Ioseph, eius Sponso, cum beátis Apóstolis»; - en la Plegaria eucarística III: «cum beatíssima Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, cum beátis Apóstolis»;- en la Plegaria eucarística IV: «cum beáta Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, cum Apóstolis».

Por lo que se refiere a los textos redactados en lengua latina, se deben utilizar las fórmulas que ahora se declaran típicas. La misma Congregación se ocupará de proveer, a continuación, la traducción en las lenguas occidentales de mayor difusión; la redacción en otras lenguas deberá ser preparada, conforme a las normas del derecho, por la correspondiente Conferencia de Obispos y confirmada por la Sede Apostólica, a través de este Dicasterio.
No obstante cualquier cosa en contrario.
Dado en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el día 1 de mayo del 2013, memoria de San José Obrero.

(Antonio, Card. Cañizares Llovera)Prefecto       (X Arturo Roche) Arzobispo Secretario

martes, 11 de junio de 2013

FLASH LITÚRGICO: DIEZ REGLAS PARA HACER UNA MALA HOMILÍA EUCARÍSTICA.

FLASH LITURGICO
DIEZ REGLAS PARA HACER UNA MALA HOMILÍA EUCARÍSTICA
(Sirven también para cualquier otro sacramento)

1.  Que sea larga (que pase de 15 minutos)

2.  No la prepare, ni con oración, ni con estudio; no lea con anticipación los textos  litúrgicos y bíblicos de la
     misa.

3.  No se adapte a su comunidad, ni en lógica, ni en lengua­je, ni en vocabulario.

4.  Procure que su equipo de sonido funcione mal, y usted no se olvide de pronunciar lo más confuso que
     pueda.

5. Haga que su homilía aparezca no como parte integran­te de la liturgia, sino como algo extraño,
     introducido. Esto se puede lograr de muchos modos.  Sugerimos uno: Inicie y termine su homilía con la
     señal de la cruz: «En el nombre del Padre...»

6. Hable de todo lo que se le venga a la mente, de lo que sea más fácil o más
    efectista.

7. Que su homilía no se relacione con la Palabra de Dios proclamada antes.

8. Que no aparezca relacionada con el sacramento que se celebra, con el tiempo litúrgico, con la fiesta.

9. Que no ilumine la vida real de sus fieles. Que aparezca desencarnada, etérea, celestial.

10. En vez de homilía haga cualquier otra cosa:
-Clase de teología
-Curso bíblico
-Arenga demagógica
-Promoción económica parroquial
-Avisos de ocasión
-Regaño moralizante
-Fervorín
-Pieza oratoria
-etc., etc., etc.


                                   Espera con anhelo el próximo flash… ¡es una nota!

lunes, 3 de junio de 2013

EL AÑO DE LA FE Y LA LITURGIA

¿Qué tiene que ver el Año de la Fe con la Liturgia? ¡Todo! Lex orandi, lex credendi. Y la forma en que se llevan cabo la mayoría de nuestras celebraciones litúrgicas parece indicar al mundo que nuestra fe en nada se distingue de otras “opciones” disponibles en el “mercado” de las religiones, de las sectas y de la auto-ayuda. Pero si realmente creemos en que el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, ofreciéndose a sí mismo en sacrificio a Dios Altísimo para rescatarnos de las tinieblas del pecado, y que este sacrificio es perpetuado en el tiempo de forma incruenta por medio del Santo Sacrificio del Altar, es esto lo que nuestras celebraciones litúrgicas – y en especial la Santa Misa – precisan decir. Pienso que es esto lo que el Santo Padre quiso decir al afirmar que “sin la liturgia y los sacramentos, la profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la gracia que sostiene el testimonio de los cristianos” (Porta fidei, n. 11). Después de todo, ¿de qué sirve decir “yo creo” si no hay una coherencia de vida, tanto en la vida secular como en la vida espiritual? ¿Cómo decir “yo creo” y rezar como si no se creyese o como si no hiciese la diferencia?

El Santo Padre nos indica el camino. Conocer y asimilar los textos del Concilio Vaticano II. Y aquí entra la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia. El primer documento en ser aprobado por los padres conciliares y ciertamente el primero en ser ignorado en cuanto a su aplicación práctica. Que el Concilio Vaticano II quiso una reforma litúrgica todo el mundo lo sabe: después de todo, es casi uno de los dos únicos puntos del documento que se comentan. Curiosamente, estas personas que se dicen aplicadoras de la reforma litúrgica son las mismas que dicen por ahí que el Concilio abolió el latín, que el Concilio quiso el fin de la celebración orientada (versus Deumad orientem).

No es nada de eso lo que el Concilio quiso decir en lo referente a la Sagrada Liturgia porque no fue para eso que los 2147 padres conciliares dieron su placet cuando aprobaron el documento. El Papa Benedicto, en el mismo discurso citado anteriormente, califica como peligrosa la hermenéutica de la discontinuidad, que “afirma que los textos del Concilio como tales no serían aún la verdadera expresión del espíritu del Concilio”. Siguiendo la clave hermenéutica del Papa, lo que quiso de hecho el Concilio fue, por sólo citar dos ejemplos:

- la conservación del uso del latín en los ritos latinos, dejando más espacio para la lengua vernácula, especialmente en las lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos (Sacrosanctum Concilium, n. 36);

- la primacía del canto gregoriano en la acción litúrgica, como canto propio de la liturgia romana, si bien no se excluyen otros géneros de música sacra, como la polifonía (Sacrosanctum Concilium, n. 116).

Complementando el Motu proprio que promulgó el Año de la Fe, en el pasado 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la “Nota con indicaciones pastorales para el Año de la Fe”. Algunos puntos que destaco, por estar relacionados directa o indirectamente con la Sagrada Liturgia y la re-sacralización litúrgica que va siendo promovida por el Santo Padre a lo largo de su pontificado:

martes, 14 de mayo de 2013

MARÍA EN LA LITURGIA

La Virgen María en la litúrgia
María es madre de la Iglesia, depositaria de las riquezas de la liturgia.
La Virgen María en la litúrgia
La Virgen María en la litúrgia
Después de Dios y de la sagrada humanidad de Jesucristo nada hay en el cielo ni en la tierra tan grande y tan digno de veneración y de amor como la Santísima Virgen.

Toda la grandeza y perfecciones le vienen a María por ser la Madre de Dios. Dice San Anselmo: “Lo que pueden todos los santos y ángeles juntos, tú lo puedes sola, María, y sin ellos”. Y san Luis María Grignion de Montfort escribe: “Dios Padre reunió en un solo lugar las aguas y las llamó mar, reunió en otro todas las gracias, y la llamó María”.

¡Qué importancia tendría María que el Concilio Vaticano II le dedicó un magnifico capítulo en la misma constitución sobre la Iglesia, para poner de manifiesto que María es madre de la Iglesia, de esa Iglesia fundada por su Hijo y la depositaria de las riquezas de la liturgia!


Pablo VI en su exhortación Marialis Cultus (el Culto a María) del 2 de febrero de 1974, profundiza las relaciones entre María y la liturgia. María es ejemplo de la actitud y disposición interior con que la Iglesia celebra y vive los divinos misterios. Por eso Pablo VI presenta a María como:


  • Virgen oyente: que acoge con fe la palabra de Dios, la proclama, la venera, la distribuye a los fieles y escudriña a su luz los signos de los tiempos.
  • Virgen orante: en la visita a Isabel, en Caná y en el Cenáculo, cuando estaba con los apóstoles antes de Pentecostés. En su oración alaba incesantemente al Señor y presenta al Padre las necesidades de sus hijos.
  • Virgen-Madre: aquella que por su fe y obediencia engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, sin intervención de hombre, sino cubierta por la sombra del Espíritu Santo.
  • Virgen oferente: en la presentación en el templo y en la cruz. Ofrece a su Hijo como la víctima santa, agradable a Dios, para la reconciliación de todos nosotros.


    El culto que María recibe en la Iglesia es un culto de especial veneración. No es de adoración, que sólo a Dios pertenece; pero el culto a María es superior al de todos los Santos. Y comprende tres actitudes:
  • Invocación y reverencia: invocamos y reverenciamos a la Virgen a causa de su dignidad de Madre de Dios y de su eximia santidad, concedida por Dios a su alma, y correspondida por Ella con su voluntad libre, consciente y amorosa.
  • Confianza: basada en el poder y a la vez misericordiosa mediación ante el Hijo. Ella es la Omnipotencia suplicante, dirá san Bernardo, y la administradora de las gracias de salvación de su Hijo Jesucristo. Por eso, le pedimos con confianza a Ella, para que interceda por nosotros ante su Hijo Jesucristo, el único que nos concederá lo que le pedimos y que en verdad necesitamos.
  • Amor fiel e imitación de sus virtudes: Ella merece nuestro amor como madre espiritual nuestra y al estar adornada de todas las virtudes, merece nuestra imitación. Debemos imitarla, sobre todo, en la vivencia de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad; también en la disponibilidad al plan de Dios, en la capacidad de contemplación y de abnegación; en esa humildad y sencillez, en su pureza de cuerpo y alma.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Antonio Rivero LC

    jueves, 2 de mayo de 2013

    FLASH LITÚRGICO: ¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES LITÚRGICAS DE UN DIÁCONO?


    ¿CUALES SON LAS FUNCIONES LITÚRGICAS DE UN DIÁCONO?

    En honor del buen amigo y desde hace una semana, diácono, (Angel David Agudelo) pongo por ahora el presente flash para provecho de todos los amigos de este espacio de aprendizaje litúrgico. 

    Por una tradición que proviene de los Hechos de los Apóstoles, el diácono es visto como servidor de la comunidad, y esta función como servidor es la base para determinar sus varias actividades diaconales en una celebración. Como servidor, el diácono es el principal asistente del obispo o del presbítero que preside una celebración y también el principal servidor de la comunidad. Su papel es facilitar la celebración de la comunidad pero no conducirla él mismo.
    El Misal, en su tercera edición, enumera específicamente los varios ministerios del diácono durante la Misa (IGMR 171-186).

    Los textos hablados asociados al diácono incluyen la proclamación del evangelio, la Oración universal y las moniciones dirigidas a la comunidad: "daos fraternalmente la paz", "arrodillémonos", "inclinad vuestras cabezas para recibir la bendición" y "podéis ir en paz". En la Vigilia Pascual es función del diácono proclamar el pregón del Exsultet (si es capaz de cantarlo bien).

    Las actividades rituales del diácono incluyen el cuidado del Evangeliario y del cáliz. Respecto al Evangeliario, es él quien lo lleva con reverencia en la procesión de entrada y en la procesión del evangelio. El cuidado del cáliz se muestra en que es el diácono quien vierte el vino y el agua en el cáliz, mientras dice la conveniente oración, durante la preparación de los dones. También es él quien eleva el cáliz en la doxología final de la plegaria eucarística, y quien administra la comunión con el Vino a la asamblea cuando se hace bajo las dos especies, y consume luego lo que sobra del cáliz.

    El diácono es quien debe ocuparse de los diversos detalles de la celebración. Es como "la mano derecha" del que preside. Cuando asiste a la celebración, el diácono no usurpa el papel del presidente (pero tampoco los presbíteros concelebrantes deben usurpar la función del diácono). De hecho, tradicionalmente, el diácono nunca dice las oraciones presidenciales ni imita los gestos presidenciales. Por ejemplo, el diácono mantiene sus manos juntas mientras saluda a la asamblea al comienzo del evangelio (IGMR 175) y cuando da normas de actuación a la comunidad.

    En la celebraciones no eucarísticas, las funciones del diácono son semejantes a las de la misa cuando él asiste mientras otro preside. Pero si, por falta de obispo o de presbítero, un diácono preside un bautizo, una boda, un funeral o una bendición, usa los mismos gestos y textos que un sacerdote. Debería tener en cuenta, con todo, que su actuación como presidente en estos casos especiales es una innovación a causa de una necesidad pastoral. Así, lo que es apropiado para que lo hagan los diáconos en ausencia de un presbítero no necesariamente lo es cuando un sacerdote está presente.

    Los diáconos son ministros ordenados cuya función litúrgica primaria es la del servicio. En este ministerio, el diácono se convierte así en el icono vivo de Cristo, "que no vino a ser servido sino a servir".

                                                                         No te pierdas el próximo… ¡Es una nota!

    lunes, 18 de marzo de 2013

    FLASH LITÚRGICO QUINCENAL: ¿CIRIO PASCUAL DONDE NO SE CELEBRÓ VIGILIA PASCUAL?



    EL CIRIO PASCUAL EN LAS COMUNIDADES QUE NO HAN TENIDO VIGILIA: 
    Algunas comunidades no tienen la suerte de poder celebrar la Vigilia Pas­cual y tienen que juntarse con otras para una única Vigilia. ¿Qué se hace en este caso para que el Cirio presida las celebraciones de cada lugar de culto durante la Cincuentena, al lado del ambón de la Palabra?

    La solemne bendición del fuego y el encendido del Cirio, la procesión entrando en la iglesia a oscuras, la progresiva iluminación, y el gozoso canto del Exsultet (Pregón pascual) en torno al Cirio que representa la luz de Cristo en medio de un mundo a oscuras, son elementos muy significativos de la primera parte de la Vigilia Pascual.

    Pero cuando se leen con atención los textos de esta Vigilia, se da uno cuenta que el Cirio mismo no es bendecido: lo es el fuego nuevo. Inscribir en él la fecha del año y el Alfa y Omega, "Cristo ayer y hoy...", clavar los granos de incienso y encender finalmente el Cirio con las palabras “la luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu”, todo ello son ritos secundarios que subrayan la dignidad del Cirio Pascual. Pero no constituyen una verdadera “bendición del Cirio”.

    El Cirio Pascual es un símbolo clave durante la Pascua, y también en los bautizos y exequias. Por eso cada lugar de culto debería tener uno y encenderlo en todas las celebraciones del Tiempo Pascual. También allí donde no se ha podido celebrar la Vigilia.

    Si en la Vigilia que se celebra en la iglesia principal hay representantes de las otras comunidades que no la pueden celebrar, se podría hacer un rito sencillo, al final de la misa, antes de la solemne bendición de despedida, para significar que se envía este Cirio a los otros lugares de culto.

    Podría organizarse así. Un representante de cada comunidad trae al presbiterio el Cirio Pascual que han adquirido y que les servirá durante la Cincuentena. El presidente enciende cada uno de ellos tomando el fuego desde el Cirio único que ha estado brillando durante la celebración. Los representantes de las comunidades los llevan así, encendidos, en la salida los apagan allí, y luego los llevan a sus respectivas iglesias para entronizarlos al comenzar la misa del domingo de Pascua.

    Este rito no es una «bendición del Cirio» (en la Vigilia se bendice también sólo el luego, no el Cirio). Pero puede ayudar a conectar el Cirio de cada iglesia local con la celebración de la Vigilia allá donde sí se ha podido celebrar. Y es mejor hacer este rito al final de la Vigilia, para que no haya varios Cirios encendidos a lo largo de la celebración.

    La liturgia romana se caracteriza por su sencillez. Por eso, no tendríamos que ir creando nuevos ritos. Pero el misal supone que cada parroquia celebrará la Vigilia, situación que no se da en muchas ocasiones. En estos casos uno hace lo mejor que puede para que la presencia del Cirio exprese bien su relación con la Vigilia y siga siendo un brillante símbolo del Cristo Resucitado, que es para todos la luz del mundo.

                                                                                                Espera el próximo Flash....   ¡Es una nota! 

    domingo, 17 de marzo de 2013

    PAPA FRANCISCO... ¡BIENVENIDO!.


    lunes, 11 de marzo de 2013

    LOS ABUSOS LITÚRGICOS EN SEMANA SANTA

    UN VIDEO QUE NO DEBES PERDERTE




    viernes, 8 de marzo de 2013

    FLASH LITURGICO... ¿HAY QUE VOLVER A CUBRIR LAS IMÁGENES AL FINAL DE LA CUARESMA?



    Hasta el año 2002, la respuesta a esta pregunta sería claramente: "no". Pero ahora puede haber motivos de duda y sería bueno razonar sobre la conveniencia o no de cubrir las imágenes de las iglesias en las dos últimas semanas de la Cuaresma.

    Uno de los grandes impactos visuales asociados con la Cuaresma, prescrito por el Misal tridentino, era la práctica de cubrir con un paño las cruces e imágenes de la iglesia en las dos últimas semanas de Cuaresma, desde el domingo quinto de Cuaresma hasta el canto del "Gloria" en la Vigilia Pascual. Esta práctica era una de las maneras de señalar que las dos semanas antes del domingo de Pascua eran un tiempo especial, llamado “tiempo de Pasión”.

    La revisión del calendario litúrgico, en 1969, suprimió este período de “tiempo de Pasión”, omitiendo toda referencia a él. Además, esta revisión restableció la importancia del Triduo Pascual, que el Misal tridentino no mencionaba, que empieza con la misa de la Cena del Señor el Jueves Santo y termina en la tarde del domingo de Pascua. También restauró el especial ayuno pascual del Viernes y Sábado Santos. Además, determinó que la Cuaresma termina cuando va a dar inicio a la misa vespertina del Jueves Santo.

    La Cuaresma es vista ahora como un tiempo unitario que prepara la celebración de los misterios de nuestra redención durante el Triduo Pascual. Por tanto, las costumbres antiguas asociadas al Misal tridentino que dan importancia a las dos últimas semanas de la Cuaresma e ignoran la distinción entre Cuaresma y Triduo Pascual, no están en línea con la liturgia renovada y con nuestra comprensión actual de cómo hay quE preparar y celebrar la Pascual.

    El Misal de Pablo VI ha suprimido en la práctica esta práctica antigua. Pero por respeto a países que pueden tener un apego especial a esta costumbre, la tercera edición del Misal ha permitido a las Conferencias nacionales de Obispos que puedan decidir si esta práctica del Misal tridentino podría continuar en sus países. Esta opción tienen que tomarla los Obispos con una votación formal, como lo han hecho en relación a la comunión en la mano o a la comunión bajo las dos especies todos los domingos y festivos. Un Obispo en particular, y mucho menos un párroco o capellán, no pueden tomar esta decisión. (Cf. SC 22,3: Regla de oro)

    Por tanto, decidir la vuelta a la velación de las imágenes al final de la Cuaresma no estaba permitido hasta 2002. Es bueno reflexionar sobre el sentido de estas normas. El Misal y los Rituales renovados han simplificado muchas prácticas que se encontraban en los libros litúrgicos anteriores. Por ejemplo, ya no se pone sal en la lengua de los bautizados. El domingo de Ramos ya no hace falta que el sacerdote vaya repartiendo a cada uno las palmas bendecidas: el nuevo Misal dice que las tengan ya cada uno en su mano. Parecida simplificación se ve en la eliminación de la velación de cruces e imágenes en el Misal de Pablo VI.

    Aunque era un momento muy dramático de la Vigilia Pascual cuando durante el "Gloria", se descubrían las cruces e imágenes, también resultaba a veces un momento de distracción y humor cuando un velo se enganchaba y no se descubría como era de desear. Además, en las iglesias grandes hacía falta un pequeño ejército de ayudantes que fueran por toda la iglesia desvelando imágenes, además de encender las velas y sacar las flores.



    (Continuará en próximo flash......)

    jueves, 21 de febrero de 2013

    FLASH LITÚRGICO QUINCENAL MONSEÑOR… ¿Vasos sagrados de arcilla o cristal?


    FLASH LITÚRGICO QUINCENAL 
    MONSEÑOR…  ¿Vasos sagrados de arcilla o cristal?
    ¡Ojito con esto! No es legítimo usar cálices o copones, vasos sagrados en general, que no sean de un material noble y sólido. Y la afirmación viene, nada más y nada menos que de la Institutio General del Misal Romano (2002), núms. 327-333, que entre otras cosas reza así:

    “Entre las cosas que se requieren para la celebración de la Misa merecen especial honor los vasos sagrados, y, entre éstos, el cáliz y la patena, en los que se ofrecen, consagran y toman el vino y el pan (…) se han de preferir siempre materiales que no se rompan fácilmente ni se corrompan”.
    Y si aún no queda su merced satisfecho, remítase comedidamente para mayor precisión aún a la Instrucción Redemptionis sacra­mentum (2004), núm. 117. Es en este documento y número donde se dice explícitamente que:

    «se reprueba cualquier uso por el que son utilizados para la cele­bración de la Misa vasos comu­nes o de escaso valor, en lo que se refiere a la calidad, o carentes de todo valor artístico, o simples cestos, u otros vasos de cristal, arcilla, creta y otros materiales, que se rompen fácilmente».

    A mis amigos lectores que esto no se quede sólo en el papel o en la pantalla… también sobre la credencia y qué no decir: sobre el altar. Ténganlo en cuenta no solo por obediencia, no solo por la  gran dosis de sentido litúrgico que puedan tener sino también por puro sentido común que en ocasiones no escasas parece ser el menos común de los sentidos entre los que celebramos los santos misterios de nuestra fe.

    Mas claro no podemos expresarnos, se lo aclaramos a Monseñor, al padrecito, a los lectores de nuestro flash y a todos los que dedicaron un minuto para su formación litúrgica frente a estas letras.


     
                        No te pierdas el próximo Flash… ¡es una nota!

    sábado, 2 de febrero de 2013

    UN SACRISTÁN DISTRAÍDO





    El señor cura de un pueblecito estaba enfermo, y no pudiendo 
    celebrar misas, llamó al sacristán y le dijo: “Mira Tiburcio: como 
    tengo fiebre no puedo celebrar Misa. Pero me harás un favor. Toma papel y 
    anota para que anuncies desde el púlpito que estoy enfermo y no podrán 
    oír Misa el domingo; pero que eso no es pecado. Que mañana lunes se 
    casarán María Fernández y Juan Pérez. Que el miércoles no se puede 
    comer carne. Que el martes es la fiesta de San Pedro y San Pablo. Que el 
    jueves, víspera del primer viernes, se atenderán confesiones. Y que el 
    domingo se hará colecta para enviar el óbolo al Papa. También que la 
    cartera que se olvidaron en la iglesia, puede su dueño pedirla en la 
    sacristía. ¿Lo anotaste todo?

    - No Padre, pero me acordaré de todo perfectamente.

    Momentos después el sacristán sube al púlpito y dice:
    - El señor cura está enfermo y eso no es pecado. Mañana lunes se 
    casan San Pedro y San Pablo; pasado mañana María Fernández y Juan Pérez 
    no pueden comer carne.
    El jueves es primer viernes; y el domingo vendrá el Papa para 
    hacer colecta con la cartera que está en la sacristía.

    miércoles, 30 de enero de 2013

    FLASH LITÚRGICO: ¿Quién pronuncia la doxología?






    Iniciamos los cristianos el 2013 asistiendo piadosamente a la Eucaristía. Así mismo deseamos iniciar los flash litúrgicos dedicando el primero del corriente año a este misterio de nuestra fe. 

    Diremos así pues que afortunadamente, parece que de unos años para acá, se ha asumido que los concelebran­tes deben recitar en voz baja los textos de la plegaria eucarística que dicen simultáneamente, «para que se pueda oír clara­mente la voz del celebrante prin­cipal» (IGMR 218).

    Ahora bien, en cuanto el presi­dente de la celebración empieza el Per ipsum, en muchas ocasio­nes parece que a todos los con­celebrantes les hayan dado a la tecla del volumen, y recitan o cantan la doxología como si les fuera en ello la vida.

    ¿Es así como hay que proceder? Pues, francamente, no. La Institutio del Misal, en el número 236 lo dice clarito, clarito: «La doxología final de la plegaria eucarística la pronuncia solamente el sacerdote principal y, si parece bien, jun­tamente con los demás concele­brantes, pero no los fieles».

    O sea que el documento privi­legia que este texto tan solemne sea pronunciado sólo por el que preside; y simplemente concede que lo pronuncien los demás concelebrantes, si parece bien; es decir, como haciendo una con­cesión circunstancial, y siempre recordando lo que prescribe el número que citábamos primero: «Los textos que dicen simultá­neamente todos los concelebran­tes... los recitan... en voz baja». De esta forma se destaca mucho mejor, en significación mistérica, que uno solo es el que preside nuestra liturgia, el Cristo Señor.

    Si queremos, pues, que nuestra liturgia sea expresiva, y que la participación activa sea a la vez consciente, a veces habrá que pro­nunciar en voz alta y bien clara, y otras -como es el caso- será mejor callar y subrayar con nuestro silencio la palabra pronunciada con plenitud de sentido.

    A discernir cuándo conviene una cosa o la otra nos ayuda, no poco, los libros litúrgicos. ¡Que para eso están!.


                                                              Espera el próximo… ¡es una nota!

    martes, 4 de diciembre de 2012

    PADRECITO...¿EL ÁRBOL DE NAVIDAD ES LITÚRGICO?



    Ante la pregunta de este FLASH LITÚRGICO QUINCENAL detalla esto querido lector: La respuesta es tan clara como decirte que Sí y que No. Sí, en cuanto que en el nuevo bendicional (De Benedictionibus,1984; capítulo XXXIV) el árbol de navidad es un objeto formal de bendición y en las praenotandas se nos dice, palabras más, palabras menos, que la costumbre del árbol adornado en los hogares cristianos durante las fiestas navideñas, es recomendable, pues puede recordarnos que Cristo nacido en Belén es el verdadero Árbol de la vida; el árbol iluminado recuerda a Cristo Luz del mundo y además, dicha bendición la hará el papá o la mamá junto a toda la familia al iniciar la navidad. Luego, el texto de la bendición es bellísimo, entre otras cosas dirá: “…Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol vivir a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo…”
     Así pues, el árbol de Navidad representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: “Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido, ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor”.  Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.  Así mismo, se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios. Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo.
     La respuesta del No, está motivada por el origen “extra-cristiano”, si me permiten el término, ya que una antigua creencia germana decía que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. (Explica la costumbre de poner a los árboles luces). Era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno.
     En fin, los árboles tienen un significado muy especial, sea antropológico, místico y poético en todas las culturas. Se le tiene cierta reverencia por los beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre.
    Para este tiempo de navidad, los datos que te presento en este flash, ayuden a iluminar su significado para los cristianos y su valoración para las familias que quieren celebrar con signos visibles el acontecimiento tan maravilloso de un Dios hecho hombre. Celebremos la liturgia familiar y eclesial con toda reverencia en torno a estos signos que nos hablan de alegría y salvación.

                                                                                ¡No te pierdas el próximo flash… es una nota!