SALIR CON LA MISA A CUESTAS

RECORDANDO UN FLASH MARIANO

¿PELIGRA EL CULTO A LA VIRGENCITA?

LITURGIA DEL DÍA

Lecturas diarias

jueves, 31 de mayo de 2012

USANDO EL INCENSARIO.

FLASH LITÚRGICO QUINCENAL.

USANDO EL INCENSARIO.


Ante tan repetida pregunta… aclaremos el asunto de una vez. Este fotógrafo de la realidad litúrgica que escribe no quiere agotar el tema en este sencillo flash, pero sí dejar claro lo que es elemental.
Llamamos turífero al que lleva el incensario: (del latín turifer; de tus,turis (incienso) y -fer (portador), de ferre (llevar); y llamamos turíbulo al pequeño incensario que generalmente usamos en nuestra liturgia.
El rito de incensación expresa ya desde la Biblia reverencia y oración. La materia que se coloca en el incensario debe ser incienso puro o en caso de agregarle alguna sustancia se debe procurar que la cantidad de incienso sea mucho mayor.
En cuanto a la forma de incensar, bebamos sana doctrina de las mismas fuentes que son la IGMR en el numeral 277 y el Ceremoniale Episcoporum (84-98) que nos dirán, palabras más, palabras menos:

“El sacerdote, cuando pone incienso en el turíbulo, lo bendice con el signo de cruz sin decir nada.

Antes y después de la incensación se hace inclinación profunda a la persona o al objeto que se inciensa, exceptuados el altar y las ofrendas para el sacrificio de la Misa.

Con tres movimientos dobles se inciensan el Santísimo Sacramento, las reliquias de la santa Cruz y las imágenes del Señor expuestas para pública veneración, las ofrendas para el sacrificio de la Misa, la cruz del altar, el Evangeliario, el cirio pascual, el sacerdote y el pueblo.

Con dos movimientos dobles se inciensan las reliquias y las imágenes de los Santos expuestas para pública veneración, y únicamente al inicio de la celebración, después de la incensación del altar.

El sacerdote inciensa las ofrendas con tres movimientos del turíbulo, antes de la incensación de la cruz y del altar, o trazando con el incensario el signo de la cruz sobre los dones”.

Además de esto, diremos que en la Misa se puede incensar durante la procesión de entrada; al comienzo de la Misa para incensar primero a la cruz si está sobre el altar y si no lo está cuando pase ante ella, después al altar; en la procesión y proclamación del Evangelio al Evangeliario; en la preparación de los dones, que se inciensan las ofrendas, el altar, la Cruz, al Obispo o presbítero, a los concelebrantes y al pueblo. También se inciensa, de rodillas, en el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después de la consagración. En la bendición con el Santísimo Sacramento se le inciensa durante el momento mismo de la bendición, colocándose el turiferario ante el altar de rodillas como en la consagración. Las imágenes se inciensan sólo al comienzo de la celebración, no en la preparación de los dones.

                       ¡No te pierdas el próximo flash… es una nota!

martes, 15 de mayo de 2012

¡…Y SEGUIMOS “ESCULCANDO” EL SAGRARIO!

FLASH LITÚRGICO QUINCENAL.
¡…Y SEGUIMOS “ESCULCANDO” EL SAGRARIO!



Los que ya tenemos algunas canas en la cabeza, recordamos, quizá con una pizca de nostalgia, el método de enseñanza del Catecismo de la Iglesia de manera memorística. La catequista preguntaba y uno respondía con precisión de reloj suizo con puntos y comas a cada uno de los artículos del Padre Astete.

Pues ahora les invito, amigos lectores, a volver a antaño con este flash para un tema muy moderno  y a la luz de insistentes y recientes peticiones de la “Institutio Generalis” y de la instrucción Redemptionis Sacramentum, preguntaremos y responderemos juiciosos al unísono.
 
1. ¿Debe distribuirse la Sagrada Comunión regularmente sacándola del Sagrario?

No.  La Instrucción General del Misal Romano (IGMR) explica que “lo que más se desea es que los  fieles, justo como el mismo sacerdote va a hacer, reciban el Cuerpo del Señor de las hostias consagradas en la misma Misa, y que cuando se permita compartan del cáliz, de modo que, hasta por medio de los signos, la Comunión se destaque más claramente como una participación en el sacrificio que en realidad se está celebrando”.

2. ¿Cómo se expresa más claramente la participación de los fieles mediante la recepción de las hostias consagradas en la misma Misa?

Esta participación se manifiesta en las dos grandes procesiones de los fieles en la Misa. Primero, en la presentación de las ofrendas, los fieles presentan el pan y el vino para el sacrificio. Junto con la ofrenda de su propia vida.  El mismísimo pan y vino que han ofrecido son consagrado mediante la acción del Sacerdote y devueltos a ellos como el Cuerpo y la Sangre de su Señor, cuando se acercan en procesión para recibir la Sagrada Comunión.

3. ¿Cuál es el principal propósito de reservar hostias consagradas en el Tabernáculo?

“El fin primero y primordial de la reserva de la Eucaristía fuera de la Misa es la administración del Viático; los fines secundarios son la distribución de la comunión y la adoración de nuestro Señor Jesucristo presente en el Sacramento” (Ritual SCCFE 5).

4. ¿De una manera práctica,  cómo se puede alcanzar esta meta?

Los sacerdotes que han implementado ya esta nota,  aconsejan que el primer paso es convencer a otros que siempre es posible que los fieles reciban hostias consagradas en la misma Misa.  Además, el entrenamiento de los seminaristas, sacristanes, ministros y demás fieles que han de ser formados llegarán generalmente a determinar cuán grande es la asamblea y los que de ellos participan de la comunión.  Padrecitos, no se piden imposibles, sólo un poco de lógica y obediencia con lo aquí expuesto.

                                    ¡No te pierdas el próximo flash… es una nota!

martes, 1 de mayo de 2012

¿PELIGRA EL CULTO A “LA VIRGENCITA”?


                                           FLASH LITÚRGICO QUINCENAL
¿PELIGRA EL CULTO A “LA VIRGENCITA”?



Este fotógrafo de la realidad litúrgica que escribe los Flash, sintió gustito cuando uno de sus alumnos del Seminario lo abordó para reclamarle por la ausencia de la Virgen María en estas notas quincenales. Eso quiere decir: que hay quienes se interesan por lo integral de los flash, que hay quienes piden hilo como las cometas que tienden a tomar altura, que hay quienes notan que al hablar de la Opus del Hijo, no se puede olvidar a la Madre.

Tomando atenta nota, qué mejor ambiente que este mes de Mayo para responder al justo reclamo dedicando estas líneas para hablar de la devoción mariana y ratificar con un rotundo NO a la pregunta de encabezamiento.

El culto a la “Virgencita” María NO peligra, pues está garantizado en la Iglesia por varios frentes: La Sagrada Escritura, la tradición, el magisterio de siempre y el más reciente, el cariño especial de nuestros pueblos y, en especial,  por la misma liturgia. Veamos ésta última.

La Liturgia recuerda a María en LAS HORAS: tanto en laudes, vísperas o el Oficio. También recuerda diariamente a la Madre de Dios, concluyendo el las Completas, siempre con una antífona mariana de las que existen cinco formularios: Salve Regina; Bajo tu amparo nos acogemos; Madre del Redentor, en Adviento y Navidad; Regina caeli, laetare, alleluia (Reina del cielo, alégrate) en tiempo pascual y Salve, Reina de los Cielos, en Cuaresma. Un lugar ciertamente privilegiado en esta Liturgia de las Horas concluir cada día con el recuerdo a María.

La liturgia recuerda a María TODOS LOS DÍAS: en la Plegaria Eucarística , que es el centro de la celebración, en algunos de los numerosos prefacios marianos establecidos para las fiestas de la Virgen, en las intercesiones cuando la Iglesia hace memoria de los Santos. También se la recuerda en el Credo, cuando lo hay, (y nació de santa María Virgen) y en el acto penitencial (si se escoge la fórmula del Yo confieso en la frase "por eso ruego a santa María, siempre Virgen").

La liturgia recuerda a María TODAS LAS SEMANAS: en la memoria libre de Santa María en Sábado, día en el cual se pueden decir una de las misas de santa María Virgen. Desde la Edad Media se ha considerado el sábado como día dedicado a la Virgen (en las liturgias orientales es el miércoles). El fundamento de tal elección hay que buscarlo en la tradición, que considera que el sábado, día en que Jesús permanece muerto, es el día en que la Fe y la Esperanza de la Iglesia estuvieron puestas en María  presidiendo el Colegio Apostólico.

Ahora en EL MES de mayo: tradicionalmente el pueblo cristiano ha tenido un recuerdo especialmente ligado a la memoria de María, nacido de elementos de la piedad popular. Al coincidir con el tiempo pascual hay que saber conjugar la presencia de María con la Cristo, ya que María es en definitiva el fruto más espléndido de la Pascua que nos trae Jesús.  

La liturgia recuerda a María EN EL AÑO litúrgico: nos dice la SC 103: “En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la BIENAVENTURADA MADRE DE DIOS, la Virgen María , unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su Hijo” El Adviento es un tiempo especialmente mariano: se celebra la solemnidad de la Inmaculada, en tiempos de Navidad la solemnidad de María, Madre de Dios. La última semana del Adviento es toda una eclosión de María. Sin embargo, en Semana Santa la presencia de la Virgen al pie de la cruz se hace patente (he ahí a tu hijo... he ahí a tu madre), así como en Pentecostés cuando los Apóstoles, presididos por la Virgen, reciben el Espíritu Santo.

                                                                            Espera el próximo flash… ¡es una nota!.