domingo, 13 de octubre de 2013

FLASH LITURGICO ¿Dejar al sacerdote con la palabra en la boca?



Este fotógrafo de la realidad quien gusta de elaborar estos flash, ha observado, no pocas veces, que el ministro que sostiene el libro ante el sacerdote durante la acción litúrgica se retira sin esperar que éste acabe la oración, es decir, justo cuando empieza la conclusión Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo..., cosa que significa, ni más ni menos, que el acólito en cuestión se retira, dejando al sacerdote con la pala­bra en la boca.

A veces, la misma actitud del sacerdote alienta esta decisión, ya que al empezar la citada conclusión, como ya la sabe de memoria, aparta los ojos del libro (¡craso error!), lo cual es inter­pretado por el ministro como una invitación a marcharse con la música (léase misal o ritual) a otra parte.

¿Es correcta esta forma de pro­ceder? No. El ministro del libro no debe nunca retirarse antes de que el sacerdote haya acabado totalmente; es decir, se marchará a su lugar después que el obispo o el presbítero hayan pronunciado toda la oración (que incluye su conclusión). Sólo entonces, al escuchar el amén de la asamblea, podrá retirarse.

No es elegante ni educado dejar a alguien con la palabra en la boca, y mucho menos si este "alguien" es quien preside in persona Christi capitis la sagrada liturgia. ¡Vamos, digo yo! Pues esta normatividad no aparece en ningún reglamentario… pero a veces el sentido común de seminaristas interesados en la liturgia aparece como regla.

Ah… estoy cumpliendo en que estos “flash” sean más cortos.

                                                  No te pierdas el flash # 10… ¡Es una nota!


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