¡CUIDADO CON… los falsos sacerdotes!.
En el segundo aniversario
de nuestro blog, queremos alertar a nuestros carísimos lectores sobre algunos “lobos
con piel de oveja”, algunos ex-seminaristas fracasados y obsesionados con el
ministerio que se hacen pasar por sacerdotes consagrados; otros simplemente
ex-sacristanes o personas maliciosas que vieron la oportunidad de obtener
dinero fácil a costa de la buena fe del pueblo de Dios.
Sí… este flash litúrgico
lo queremos dedicar a la adquisición de "algunas claves" que nos harán posible identificar a esos tales. Lo primero
que debemos tener en cuenta es que, como todos los estafadores, la mayoría de
los falsos sacerdotes suelen ser simpáticos, convincentes y hábiles; aparentan
ser buenas personas con la finalidad de cumplir su cometido. Generalmente ofrecen sus servicios mediante
referencias o tarjetas de presentación que ellos mismos distribuyen en gran
cantidad, manifestando constante disponibilidad y ofreciendo todas las
facilidades posibles.
Estos tales, suelen aparecer en
momentos difíciles de la vida; por ejemplo, cuando los fieles se encuentran
afectados por la pérdida de un ser querido o a quienes les fue negado un
servicio religioso en la parroquia, por existir alguna irregularidad o por no
querer cumplir con los requisitos que se les piden para la celebración de un
sacramento, o a quienes quieren hacerlo fuera de los lineamientos establecidos
por la Iglesia, como realizar un casamiento en la playa, en la finca familiar o en un salón de
fiestas del club de moda.
Los falsos sacerdotes también acostumbran
visitar algunas casas o empresas, donde solicitan donativos para alguna casa-hogar, orfanato o asilo inexistentes. En algunos casos,tan atrevidos ellos, también llegan a ofrecer
sus servicios a los propios sacerdotes para ayudarlos en su fiesta parroquial o
en Semana Santa.
Los falsos sacerdotes
encuentran una mina de oro en aquellas personas que desean casarse por segunda,
tercera o cuarta vez, sin haber recibido la declaración de nulidad de
sacramento de su primer matrimonio, o que buscan tener la celebración de algún
sacramento sin necesidad de “las vueltas en la parroquia”. En estos casos, sus
servicios llegan a estar acompañado de un “paquete completo de fiesta” que
incluye: celebración del sacramento, carpas, flores, sillas e incluso el banquete.
Lo triste del asunto es que algunas de las personas que lo solicitan están conscientes de que el sacramento
que van a recibir también es falso, pero otras no lo saben y suelen llevarse
una gran sorpresa cuando se percatan de que el acta de Matrimonio o de Bautismo
no tiene validez ante la Iglesia Católica.
Así pues que a ponerse muy
vivos con estos personajes. No dejemos las cosas sagradas en manos malvadas y
con intensiones viles. Oremos por nuestros sacerdotes consagrados, por la vocación verdadera de nuestros seminaristas y cuidemos nosotros mismos el rebaño de
Dios de esos falsos curas.
No te pierdas el
próximo flash… ¡Es una nota!.