¿CUALES SON LAS FUNCIONES LITÚRGICAS DE UN DIÁCONO?
En honor del buen amigo y desde hace una semana, diácono, (Angel David Agudelo) pongo por ahora el presente flash para provecho de todos los amigos de este espacio de aprendizaje litúrgico.
Por
una tradición que proviene de los Hechos de los Apóstoles, el diácono es visto
como servidor de la comunidad, y esta función como servidor es la base para
determinar sus varias actividades diaconales en una celebración. Como servidor,
el diácono es el principal asistente del obispo o del presbítero que preside
una celebración y también el principal servidor de la comunidad. Su papel es
facilitar la celebración de la comunidad pero no conducirla él mismo.
El
Misal, en su tercera edición, enumera específicamente los varios ministerios
del diácono durante la Misa (IGMR 171-186).
Los
textos hablados asociados al diácono incluyen la proclamación del evangelio, la
Oración universal y las moniciones dirigidas a la comunidad: "daos fraternalmente la paz",
"arrodillémonos", "inclinad vuestras cabezas para recibir la
bendición" y "podéis ir en paz". En la Vigilia Pascual es
función del diácono proclamar el pregón del Exsultet
(si es capaz de cantarlo bien).
Las
actividades rituales del diácono incluyen el cuidado del Evangeliario y del
cáliz. Respecto al Evangeliario, es él quien lo lleva con reverencia en la procesión
de entrada y en la procesión del evangelio. El cuidado del cáliz se muestra en
que es el diácono quien vierte el vino y el agua en el cáliz, mientras dice la
conveniente oración, durante la preparación de los dones. También es él quien
eleva el cáliz en la doxología final de la plegaria eucarística, y quien
administra la comunión con el Vino a la asamblea cuando se hace bajo las dos
especies, y consume luego lo que sobra del cáliz.
El
diácono es quien debe ocuparse de los diversos detalles de la celebración. Es
como "la mano derecha" del que preside. Cuando asiste a la
celebración, el diácono no usurpa el papel del presidente (pero tampoco los
presbíteros concelebrantes deben usurpar la función del diácono). De hecho,
tradicionalmente, el diácono nunca dice las oraciones presidenciales ni imita
los gestos presidenciales. Por ejemplo, el diácono mantiene sus manos juntas
mientras saluda a la asamblea al comienzo del evangelio (IGMR 175) y cuando da
normas de actuación a la comunidad.
En la celebraciones no
eucarísticas, las funciones del diácono son semejantes a las de la misa cuando
él asiste mientras otro preside. Pero si, por falta de obispo o de presbítero,
un diácono preside un bautizo, una boda, un funeral o una bendición, usa los
mismos gestos y textos que un sacerdote. Debería tener en cuenta, con todo, que
su actuación como presidente en estos casos especiales es una innovación a
causa de una necesidad pastoral. Así, lo que es apropiado para que lo hagan los
diáconos en ausencia de un presbítero no necesariamente lo es cuando un
sacerdote está presente.
Los
diáconos son ministros ordenados cuya función litúrgica primaria es la del
servicio. En este ministerio, el diácono se convierte así en el icono vivo de
Cristo, "que no vino a ser servido
sino a servir".
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