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Lecturas diarias

martes, 4 de diciembre de 2012

PADRECITO...¿EL ÁRBOL DE NAVIDAD ES LITÚRGICO?



Ante la pregunta de este FLASH LITÚRGICO QUINCENAL detalla esto querido lector: La respuesta es tan clara como decirte que Sí y que No. Sí, en cuanto que en el nuevo bendicional (De Benedictionibus,1984; capítulo XXXIV) el árbol de navidad es un objeto formal de bendición y en las praenotandas se nos dice, palabras más, palabras menos, que la costumbre del árbol adornado en los hogares cristianos durante las fiestas navideñas, es recomendable, pues puede recordarnos que Cristo nacido en Belén es el verdadero Árbol de la vida; el árbol iluminado recuerda a Cristo Luz del mundo y además, dicha bendición la hará el papá o la mamá junto a toda la familia al iniciar la navidad. Luego, el texto de la bendición es bellísimo, entre otras cosas dirá: “…Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol vivir a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo…”
 Así pues, el árbol de Navidad representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: “Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido, ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor”.  Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.  Así mismo, se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios. Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo.
 La respuesta del No, está motivada por el origen “extra-cristiano”, si me permiten el término, ya que una antigua creencia germana decía que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. (Explica la costumbre de poner a los árboles luces). Era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno.
 En fin, los árboles tienen un significado muy especial, sea antropológico, místico y poético en todas las culturas. Se le tiene cierta reverencia por los beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre.
Para este tiempo de navidad, los datos que te presento en este flash, ayuden a iluminar su significado para los cristianos y su valoración para las familias que quieren celebrar con signos visibles el acontecimiento tan maravilloso de un Dios hecho hombre. Celebremos la liturgia familiar y eclesial con toda reverencia en torno a estos signos que nos hablan de alegría y salvación.

                                                                            ¡No te pierdas el próximo flash… es una nota!